miércoles, 19 de mayo de 2010

LOS SEÑORES DE HUÉLAGO (CUARTA PARTE)


Los títulos que tenía don Perafán, son los siguientes: marqués de Villanueva de las Torres, señor de la Villa de Huélago y Fonelas, alcaide perpetuo de su castillo, Grande de España de primera clase,  Caballero de la Llave de Oro, teniente general de Caballería del Cordón Bleau, y Comendador  de la Insigne  de la Orden de San Miguel.
Don Perafan y Doña Serafina, tuvieron tres hijos: don Perafán que fue el sucesor,  don Carlos, capitán de infantería de Alemania y doña Francisca Afán de Rivera y Berardo, que se casó con el príncipe Ambrosio Caraciolo y Spinola.
Don Pedro Afán (Perafán) de Rivera Bazán y Berardo, señor de Huélago. Fue teniente coronel y ayudante del príncipe  Carlos de Lorena.
Don Pedro Afán de Rivera y Berardo, murió en 1770, sin descendencia, (sin hijos varones dicen los documentos), por lo que la sucesión pasó a la línea de su hermana doña Francisca, primero a la hija de esta doña Serafina Caraciolo Afán de Rivera, princesa de San Lorenzo, vecina de Nápoles y después al nieto de doña Francisca y sobrino de doña Serafina, don Ambrosio Caraciolo Franconer Afán de Rivera, Principe de la casa de Avelino y príncipe de Torchiarolo, apareciendo así como nuevo marqués de Villanueva de las Torres, señor de Huélago, titulándose también señor de Fonelas y pretendiente al título de  Grandeza de España.
A finales del siglo XVIII el régimen señorial aún estaba en plena vigencia. Tras la supresión de los señoríos llevado a cabo por las Cortes de Cádiz (1810-12). No obstante   la disolución legal del feudalismo no fue total, se suprimió la jurisdicción, pero se respeto la territorialidad del señor como propietario, manteniéndose dicha nobleza y su poder económico y político. Los cambios fueron más aparentes que reales, ya que ni los grupos sociales privilegiados ni el régimen de propiedad conocieron alteraciones significativas, consolidado los antiguos señores su dominio territorial.
Desde mediados del siglo XIX y hasta comienzos del XX solo hubo en Huélago tres propietarios de bienes rústicos, el mayor de ellos continuó siendo el marqués de Villanueva de las Torres, que tenía en 1860 unas 1.616 Has arrendadas a 16 colonos vecinos de Huélago, conservando aún como bienes urbanos los dos molinos harineros y un horno de cocer pan que existía en el municipio; otro de los grandes propietarios era el Duque de Gor , propietario del cortijo de Huelaguillo con unas 320 Has , que en 1867 pasó a pertenecer a doña Encarnación Álvarez de Bohorques y de Manuel García Molero , vecino de Huélago. Es interesante señalar que Huelaguillo pertenecía a Fonelas, paso posteriormente a Huélago y finalmente a Fonelas.
Como henos visto anteriormente, desde mediados del siglo XVII, Huélago fue señorío de la familia Afán de Rivera, cuya casa solariega se alzaba, hasta hace bien poco, en la Plaza, actualmente de la Constitución, frente a la Iglesia, conocida por el “Corralón”. A principio del siglo XX, los Afán de Rivera  vendieron la mitad de las tierras a los Godoy  (de ahí viene el nombre del Cortijo del Molino de Godoy, y la antigua central eléctrica de Godoy), otra parte la vendió a D. José García Molero y más tarde se produjeron una serie de ventas sucesivas.
Los últimos Afán de Rivera conocidos aún por algunos paisanos de  Huélago son los siguientes:
            Don Juan Pedro Afán de Rivera y Rodríguez, recordado en el pueblo sobre todo por la chiquillería que se juntaba en la puerta del Corralón cuando salía de dicha casa, todo niño/a que le regalaba un beso, era premiado con una peseta; se casó con Doña María Nestares  Pedrinaci en segundas nupcias y tenia de su primer matrimonio tres hijas, Carmela, Lali y Mariquitina.
La Marquesa de Nestares y Don Juan tuvieron tres hijos: la Señorita Amelia (muy recordada aún en Huélago), Don Luis y Don Juan..

BIBLIOGRAFÍA.
Guadix y el antiguo reino Nazarí de Granada (Francisco José Fernández Segura)
Libro de respuestas generales para el Catastro de la Ensenada (1752)

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