Había una vez un gallo que se llamaba Quirico. Lo invitaron a ir a la boda de su tio Perico.
Se puso su traje nuevo y como iba tan presumido no se dio cuenta de Gusanito, que le dijo:
Se puso su traje nuevo y como iba tan presumido no se dio cuenta de Gusanito, que le dijo:
- Voy a la boda de mi tío Perico.
- ¿Y por qué llevas sucio el pico?
Y como se enfadó tanto le dio un picotazo y se lo tragó.
Gallo Quirico siguió adelante, pensando que tenia sucio el pico.
- Voy a la boda de mi tío Perico. ¿Me quieres limpiar el pico?
- Si…, pero antes dime dónde está Gusanito.
- ¡Qué sé yo! ¡qué sé yo! Si no lo he visto –dijo, mintiendo, el Gallo Quirico.
-Gusanito, Gusanito, ¿dónde estás que no te he visto?
- Aquí estoy, en la tripa de Gallo Quirico, que va a la boda del tío Perico.
- Embustero, Gallo Quirico; límpiate tú el pico.
El Gallo Quirico siguió su camino y se encontró una oveja.
- Si…, pero antes dime dónde está Gusanito.
- ¡Qué sé yo! ¡qué sé yo! Si no lo he visto..
- Gusanito, Gusanito, ¿dónde estás que no te he visto?
- Aquí estoy, en la tripa de Gallo Quirico, que va a la boda del tío Perico.
- Embustero, Gallo Quirico; límpiate tú el pico.
- Palo, pega a la oveja, que no quiso comer la lechuga, que no quiso limpiarme el pico, para ir a la boda de mi tío Perico.
- - Si…, pero antes dime dónde está Gusanito.
- ¡Qué sé yo! ¡qué sé yo! Si no lo he visto?
- Gusanito, Gusanito, ¿dónde estás que no te he visto?
- Aquí estoy, en la tripa de Gallo Quirico, que va a la boda del tío Perico.
- Embustero, Gallo Quirico; límpiate tú el pico.
- Fuego, quema el palo, que no quiso pegar a la oveja, que no quiso comer a la lechuga, que no me quiso limpiar el pico para ir a la boda del tío Perico.
- Si…, pero antes dime dónde está Gusanito.
- ¡Qué sé yo! ¡qué sé yo! Si no lo he visto?
- Gusanito, Gusanito, ¿dónde estás que no te he visto?
- Aquí estoy, en la tripa de Gallo Quirico, que va a la boda del tío Perico.
- Embustero, Gallo Quirico; límpiate tú el pico.
- Lluvia, apaga el fuego que no quiso quemar el palo, que no quiso pegar a la oveja, que no quiso comer a la lechuga, que no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Perico.
- Si…, pero antes dime dónde está Gusanito.
- ¡Qué sé yo! ¡qué sé yo! Si no lo he visto?
- Gusanito, Gusanito, ¿dónde estás que no te he visto?
- Aquí estoy, en la tripa de Gallo Quirico, que va a la boda del tío Perico.
- Embustero, Gallo Quirico; límpiate tú el pico.
Y llegó a la casa de la dueña, que cuando lo vio con traje nuevo y pico sucio lo escaldó para desplumarlo.
Entonces la dueña desplumó a Gallo Quirico y le abrió la tripa para que saliera Gusanito.
Y gusanito le dio las gracias a la dueña y un beso a cada uno de sus amiguitos. Y al Gallo Quirico lo comieron asado en la boda del tío Perico, por embustero y orgulloso.
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