miércoles, 28 de enero de 2009

EL DIA DE SAN ANTON

Antonio nació en el pueblo de Comas, cerca de Heraclea, en el Alto Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir en una comunidad local, durmiendo en un sepulcro vacío. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a dirigir su vida espiritual en el desierto, más tarde se fue internando mucho más en el desierto, para vivir en absoluta soledad.

Se cuenta que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza. Por todo esto es nombrado patrón de los animales.

Antiguamente en todas las casas había animales, no faltaba en ninguna al menos una gallina y nadie se quedaba sin echar una luminaria el 16 de enero al anochecer.

Desde unos días antes, todos los niños del pueblo se dedicaban a recolectar en los campos toda clase de matojos, ramas secas, rastrojo… También en muchas casas se aprovechaba estas fechas para hacer un poco de limpieza de todo aquello inservible que se guardaba. Muebles viejos, aperos de labranza inservibles, cajas de madera o cartón etc. Todos estos materiales se añadían a las ramas secas, tomillos y demás materiales. Siempre en estas fechas había competencias entre los chavales para ver quien hacia la luminaria más grande

En algunas calles se juntaban varios vecinos y hacían una luminaria grandísima. Cuando se encendían se tiraban petardos y aquellos que tenían escopetas de caza tiraban muchos tiros y lo pasábamos bien.

Los mozos y mozas íbamos de lumbre en lumbre, jugábamos a la rueda las muchachas y los muchachos saltaban la lumbre y le cantábamos al santo como sigue:

San Atón mató un marrano

y no me guardó morcilla

a san Antón le daremos

con un palo en las costilla.

Otra coplilla.

San Antón me quiere mucho,

porque le hago la cama,

¡ay!, si San Antón supiera,

que el colchón no tiene lana.

Íbamos de puerta en puerta, que eran donde se echaban las lumbres, en algunas asaban patatas, careta, chorizo y toda clase de alimentos derivados del cerdo, invitaban a comer y beber vino.

Una noche de fiesta y convivencia de todos los vecinos a la luz y calor que suministraban las luminarias que duraba hasta bien entrada la noche.

El día 17 San Antón, la comida más típica era la olla de San Antón.

Los ingredientes más importantes son las patas, el rabo y las orejas del marrano. A veces se le añadía algunas vísceras como, el cuajar, el corazón y la lengua.

La receta de la llamada OLLA DE SAN ANTON es la siguiente.

Ingredientes.

Patas de cerdo, oreja, rabo, un poco de corazón, cuajar (estomago del cerdo), lengua y unas patatas.

Una cabeza de ajo, unas hojas de laurel, un puñado de almendras, un picatoste, media cebolla, un poco de pimienta molida, azafrán y una yema de huevo batida con agua.

Modo de hacerlo.

Se cuecen las patas y todos los productos del cerdo, con el laurel y los ajos.

Después de cocidas se le añade unas patatas en pedazos grandes hasta que se cuezan estas.

Se machacan las almendras, el picatoste, la cebolla frita, la pimienta, el azafrán y la yema batida… Añadiendo esto a la olla. Se deja hervir unos minutos y a comer.


PATAS EN SALSA.

Se cuecen las patas como en la receta anterior. Una vez cocidas se echa la salsa con los mismos ingredientes anteriores (almendras, el picatoste, la cebolla frita, la pimienta, el azafrán). Y a comer. ¡Cuidado con los dedos!.

María Pérez